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El viaje heroico de la maternidad según los arquetipos de Jung

Actualizado: 29 ago 2019



Toda madre es una heroína. Toda madre vive un profundo viaje de transformación del que no regresa nunca igual. Toda madre morirá y renacerá muchas veces para traer a su reino los más grandes tesoros, tesoros que harán del reino un lugar mejor. No será fácil, enfrentarán los más grandes dragones, caminarán por los más peligrosos senderos. Pero ella, como una heroína, lo hará con valentía.

A través de este viaje, toda madre atraviesa por diversos arquetipos. Estos, pueden entenderse de diferentes formas. En palabras sencillas corresponden a formas colectivas de la personalidad de todo ser humano, cada una de las cuales tiene una función vital. No es un viaje lineal, por el contrario, es un viaje en espiral en donde una y otra vez se atraviesa por los arquetipos pero cada vez, desde un nivel más elevado de consciencia.

Todo viaje heroico tiene tres fases: la preparación, el viaje y el retorno. Durante la preparación, la madre está llamada a probar sus competencias, habilidades y fidelidad a los más altos ideales. En el viaje: la madre deja la seguridad de su hogar para embarcarse en un viaje en el que enfrentará la muerte, el sufrimiento y el amor. En el viaje vivirá su más grande transformación a nivel personal y encontrará sus más grandes tesoros. En el retorno: cada madre lleva a su reino sus tesoros, con la promesa de que su reino será transformado porque ella se ha transformado.

Toda madre generalmente inicia su preparación desde el arquetipo del inocente: es optimista, entusiasta, confía. Este arquetipo por tanto, permite la apertura hacia la experiencia misma de la maternidad. Sin embargo, ella aun cree que todo será fácil, y no está preparada para enfrentar los grandes dragones del camino. Ante su primer tropiezo fuerte, entra al arquetipo del huérfano: la invade esa sensación de no pertenecer, se siente abandonada, traicionada por la vida y por las personas que debían cuidar de ella. Así, este arquetipo le enseña a buscar sus propios recursos para seguir adelante. En este punto, pasa al arquetipo del recolector y es ahí cuando empieza a buscar todos los recursos internos y externos para asumir el viaje que viene: compran libros de maternidad, leen, hablan con sus amigas, buscan diferentes doctores, entre otros. Este es un punto importante en el camino: ella empieza a aterrizar y realmente a prepararse. Así se despierta el arquetipo de la guerrera, el cual le permite fijarse objetivos y buscar estrategias para cumplirlos y el arquetipo de la cuidadora que le enseña a cuidar de ella y de los demás.

Con estas habilidades activadas se inicia el viaje hacia lo desconocido. En el viaje entra en juego el arquetipo de la buscadora, aquella que busca algo mas allá de lo certero; la destructora que se lleva todas aquellas partes de sí misma que limitan su evolución; la amante que le enseña a amar personas, causas sociales, lugares de una manera hasta ahora no conocida, ella se compromete con el amor. El encuentro entre la destrucción y el amor lleva al nacimiento de sus grandes tesoros: sus grandes verdades acerca de sí misma que antes desconocía. Han muerto partes de su antigua forma de ser y ha renacido una nueva mujer y una nueva madre. Ahora está lista para regresar.

En el retorno, la madre se da cuenta que ella es la reina de su reino, se hace responsable de sí misma y de su realidad. Se activa el arquetipo del mago que le enseña la magia de la transformación y la sanación; el sabio que le permite reconocer lo que es real y lo que no y finalmente el loco que le permite aprender a disfrutar del momento sin apegos. Ahí termina una vuelta en la espiral de la evolución humana, en su viaje como heroína. Pronto su alma le pedirá un nuevo viaje y ella iniciará una nueva vuelta, pero ahora desde una consciencia más elevada.

Cada madre es una heroína. Cada madre vive un camino único de transformación. En tu interior está el mapa, en tu corazón la brújula. Solo tú podrás dar cada paso, enfrentar cada dragón, encontrar tu tesoro. Pero al regresar a casa, estaremos todos celebrando tu victoria porque tu victoria simboliza el bienestar del reino. Tu tesoro: tu evolución, será el mayor regalo para tus aliados de vida.


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