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Enséñame a amar lo que aprendo: Montessori, Waldorf y Reggio-Emilia.

Actualizado: 24 ago 2019



No quiero para mis hijos la escuela tradicional. Ya ni sus estrategias de innovación, ni sus sofisticadas instalaciones, ni sus programas bilingües me hacen eco. Yo quiero una escuela pensada para los niños, y no edificada para la comodidad del adulto. Quiero una escuela que no se pregunte “cómo de bien realiza el niño el ejercicio que hace, sino cuánto bien le hace al niño el ejercicio que realiza” José Antonio Fernández.

Quiero una escuela que no mutile la niñez ni torne patológica la autenticidad. Que respete la infancia, con su individualidad y su tiempo (así, en singular). Y entonces quiero una escuela Montesori, Waldorf o Reggio-Emilia, con docentes conectados con su propósito de servir. Porque creo, como dijo Thich Nhat Hhan, que los maestros felices cambiarán el mundo.

¿Qué son? ¿Por qué son diferentes? ¿Por qué honran la infancia y enseñan a amar lo que se aprende?

Metodología Montessori

La metodología Montessori se inaugura en Italia alrededor de 1907, gracias al trabajo de María Montesori con niños con enfermedades mentales.

  • Su pilar básico postula la necesidad de darle al niño la libertad para que sea un sujeto activo dentro de la adquisición de conocimiento. Así, se respeta la autonomía y la iniciativa personal del niño, quien escoge qué quiere aprender cada día.

  • No hay una estructura temática impuesta, ya que los maestros son guías que acompañan un proceso individual que nace del interés de cada quien.

  • Los salones son espacios que invitan al conocimiento y tienen todo tipo de materiales organizados al alcance y tamaño de los niños. Los alumnos entonces son libres de elegir, cada uno, la actividad que quieran explorar y pueden moverse por el salón como deseen. Serán además ellos quienes determinen por cuánto tiempo van a trabajar en su proyecto o con su material. De esta manera, la metodología Montessori promueve el ejercicio constante de exploración y búsqueda de conocimientos desde la independencia y el interés genuino.

  • “Ayúdame a hacerlo sin tu ayuda”: se promueve la autodisciplina y la autonomía, pues se quiere que el niño se sienta capaz y no dependa del adulto.

  • Se promueve la conexión con los sentidos. Se invita a “tocar la música y escuchar la hierba al nacer” Mar Romera.

  • Los niños aprenden a su propio ritmo, en un ambiente no competitivo donde prima la cooperación. Por eso los cursos se dividen en etapas de tres años, donde niños pequeños pueden aprender e imitar a los mayores (3-6 años) (6-9 años) y (9-12 años).

Pedagogía Waldorf

La pedagogía Waldorf se inaugura en Alemania en 1919 gracias al trabajo de Rudolf Steiner y su movimiento de revolución espiritual: la antroposofía.

  • Su pilar fundamental se basa en el trabajo creativo y la práctica artística. La música, la escenificación, la recitación, el dibujo, la pintura y los trabajos manuales tienen un rol predominante y son medio para aprender TODAS las demás asignaturas.

  • El arte es el medio número uno para enseñar y aprender.

  • A diferencia de la escuela Montessori, los niños no aprenden a escribir o sumar hasta los 7 años. Pues en esta etapa se promueve la fantasía y la ensoñación propia de la niñez. Entonces se hace énfasis en el arte, la música y el movimiento.

  • El juego libre, sin prisa, con objetos naturales es una pieza clave. No se proveen objetos acabados, es decir, los juguetes son naturales (pinos, madera, muñecos de lana o de trapo) e invitan al juego simbólico.

  • Todas las escuelas Waldorf cuentan con un huerto, que invita a la conexión con la naturaleza y los elementos. Así, se trabaja con el cultivo desde muy temprana edad.

Enfoque Reggio-Emilia

La metodología Reggio-Emilia se inaugura alrededor de 1963 y lleva el nombre de la ciudad italiana donde inició. El pedagogo Loris Malaguizzi responde al llamado de un grupo de mujeres viudas que después de la segunda guerra mundial buscan crear escuelas auto-gestionadas, que no dependan de la iglesia católica.

  • Su pilar fundamental se centra en la consecución de proyectos. Dichos proyectos nacen del interés de los mismos niños o de la vida cotidiana. De esta manera, se promueve la curiosidad y la investigación como lineamiento base para aprender.

  • El plan de estudios de construye de acuerdo a lo que los niños quieren aprender como grupo. La duración de los proyectos puede variar entre una semana o todo un año.

  • Cada aula cuenta con dos profesores, lo cual permite un entendimiento mejor del niño desde dos perspectivas diferentes. Los maestros, considerados investigadores que incitan a la reflexión, documentan el trabajo de los niños (fotos y videos) para mostrarles a ellos mismos sus avances desde un lugar de gratificante.

  • Se estimula la exploración y los cien lenguajes de los niños a través de la palabra, el dibujo, el movimiento, la música, el teatro de sombras, la escultura, entre otras.

Estas escuelas, que rompen con la lógica establecida, están diseñadas para la vida. Regresan a sus alumnos al placer del descubrimiento y del aprendizaje. Tienen en cuenta la singularidad del individuo. Tienen en su agenda el encuentro, el desencuentro, las risas, el juego, el arte, el azar, la ruptura y la reparación. Enseñan a leer el corazón y sentir los pensamientos. Son las escuelas del ser, y no solo del saber. Son las escuelas que enseñan a amar lo que se aprende. Porque ‘solo se aprende aquello que se ama’ Francisco Mora.


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