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El vínculo afectivo: la clave de una crianza con amor


Mamá y bebé son un único ser. Así es, en sentido literal, durante el primer y segundo año de vida del bebé. Sucede por simples cuestiones de supervivencia. El ser humano es considerado por la antropología como un aborto crónico: nacemos sin estar listos para nacer. Sobrevivimos gracias al cuidado de mamá u otro cuidador primario ¡Ningún bebé sobrevive sino es en relación con otro!


El vínculo se vuelve entonces la clave biológica para asegurar la supervivencia. Por este motivo durante el parto se segregan grandes cantidades de oxitocina, la conocida hormona del amor, aquella que segregamos cuando nos enamoramos, hacemos el amor, tenemos un orgasmo, empatizamos o nos sentimos en íntima conexión con un amigo. La oxitocina no solo favorece los vínculos, es también la hormona encargada de contraer el útero para generar las contracciones uterinas y contraer los lobulillos para eyectar la leche materna.


La maternidad está llena de oxitocina porque el cuerpo nos provee la base biológica del amor. Tanto así que cuando el bebé nace, por parto natural, mamá y bebé tienen AMBOS en sus propios cuerpos los niveles más altos de oxitocina ¿para qué? Para que mamá y bebé caigan en un profundo estado de enamoramiento que asegure la supervivencia y el cuidado del bebé.


Vivimos en una cultura que busca bebés independientes desde el primer día de vida ¡mejor que duerma solo desde ahora para que se acostumbre! Nos cuesta el contacto, el masaje, el abrazo. Nos cuesta relacionarnos porque estamos heridos y no queremos herir. Pero la crianza requiere contacto, vínculo, relación ¡Ningún ser humano sobrevive sin una relación primaria con una figura de apego!


A veces se nos olvida que el bebé estuvo nueve, diez meses en el vientre de mamá. Se sentía seguro, pleno, sin hambre, sin dificultad para conciliar el sueño. Vivía literalmente conectado a mamá el 100% del tiempo ¿Crees tú que es prudente separarlo de mamá en su primer día de vida? ¡No! Hoy en día la psicología y antropología coinciden en que todo bebé vive 10 meses de embarazo intrauterino y 10 meses de embarazo extrauterino. Es decir que requiere de 10 meses más de contacto continuo con mamá. De hecho, la antropología nos explica que hace millones de años cuando andábamos en cuatro el embarazo duraba 18 meses, el útero estaba horizontal y nacíamos mucho más listos para la vida. Al volvernos bípedos nuestra pelvis se estrechó y los embarazos pasaron a ser de nueve, diez meses.

Conclusión: nacemos muy inmaduros y por tanto con una gran necesidad de relación.


No temas cargar a tu bebé, sostener un contacto permanente con él, acariciarlo, tocarlo, consentirlo. Cada etapa tiene su propia necesidad y, a medida que crezca, tu bebé no querrá estar siempre en brazos. Crecen más rápido de lo que piensas, aprovecha y ofrécele momento a momento lo que necesita.


Quienes han asistido a mis talleres saben que siempre hablo de la teoría del apego. La considero la clave de una crianza con amor. Esta teoría inició después de la segunda guerra mundial cuando el psiquiatra y psicoanalista John Bowilby estudió a los huérfanos de guerra por petición de la ONU. Sus investigaciones demostraron científicamente que todo ser humano necesita de un cuidador principal con quien desarrollar un apego seguro para lograr un sano desarrollo. Siendo así, la ausencia de vínculo con un cuidador primario genera gran cantidad de comportamientos caóticos que se evidenciaban, por ejemplo, en los huérfanos de guerra. Explicó también que no se trata necesariamente de los padres biológicos sino de la persona que cuida y satisface las necesidades físicas y emocionales del bebé.


Bowlby demostró que el tipo de apego que se crea con los cuidadores primarios marcará la pauta de las relaciones futuras del sujeto. En términos generales el tipo de apego que se desarrolla depende del sentido de SEGURIDAD y PROTECCIÓN que genera el adulto. La meta biológica es la supervivencia pero la meta psicológica es la seguridad.

Por esto soy tan insistente en que los padres deben ser siempre fuente de amor y nunca de miedo, en el NO GOLPE, en la disciplina con amor y con respeto ¿Qué se necesita entonces para favorecer un apego seguro? Básicamente responder a las necesidades de tu bebé momento a momento ¿Crees que dejar llorar a tu bebé en la cuna para que aprenda a dormir favorece un apego seguro? ¿Gritarle? ¿Golpearlo? ¿Obligarlo a comer? ¿No ofrecer consuelo cuando lo necesita?


Los bebés son un libro vacío listo para ser escrito. Te eligieron a ti para escribir con ellos sus primeros capítulos ¿qué les ofrecerás? La seguridad es la base del desarrollo sano. Es la base del desarrollo motor, del desarrollo cognitivo, social, emocional, del lenguaje, de la alimentación…de absolutamente todo. Todos los papás me dicen que desean que sus hijos sean inteligentes, grandes deportistas, intelectuales…pues bueno, hoy te digo con plena certeza que la clave está en el vínculo, en el tipo de apego que tu bebé desarrolle CONTIGO. Ellos confían completamente en ti como padre, valora esa confianza y ofréceles el amor que merecen.

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